LA MORAL DEL BIENESTAR INDIVIDUAL
Para Lipovetsky la ética de los tiempos democráticos que corren es más
bien “indolora”, es decir, alérgica a los deberes, a las obligaciones y a los
sacrificios personales; se trata de un tipo de ética que sólo se pone en
marcha gracias a la espontánea voluntad de los sujetos. Bajo este nuevo
horizonte, el querer hacer las cosas, no el deber de hacerlas, es la razón
más contundente para realizar cualquier empresa.
De este modo, la voluntad de hacer las cosas ha pasado al primer
plano de una ética basada en el bienestar individual. Ya no se trata de la
búsqueda del Bien, como una de las grandes virtudes morales, como en
antaño se pro-poma en los discursos filosóficos y en los comportamientos
basados en una ética del deber, sino de la búsqueda, a como dé lugar,
del bienestar individual.
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